viernes, 29 de noviembre de 2013

¡¡Metela ahí mismo, niño!!

...Y es lo que yo digo....en esta Andújar de mi alma, casi nunca pasa nada, por lo menos para algún que otro medio de comunicacion provincial que desde años nos deleita con un trocito de pagina al día, así...como si dijera "-Niño...mete ahí mismo la noticia...si, si...en el  "roalillo" ese que ha quedao libre de publicidad"...y digo yo que esto debe de tener alguna explicacion, porque no quiero aceptar la que ya hace tiempo me dieron los del medio al preguntarles por esto..."-Esto es cosa de los corresponsales locales, nosotros ponemos lo que ellos mandan", ¡¡¡amo a ve...amo a veeee!!! digo yo que los corresponsales buscaran también la noticia...y digo yo que en una ciudad de casi 40.000 almas ocurrirá algo mas que los plenos del "Ayunta", las rutas de la tapa o el día del Stock y hasta seguramente aconteceran ¡¡dos noticias al día... digo yo, cosa que ya seria la leche!! y anda que si ya por pedir, pudiéramos leerlas de un día para otro (y no algunas a la semana de haber ocurrido), ¡¡ya seria la reostia!! que hoy con el "Internete" la cronica va rapida...pero bueno, sin acritud...yo lo digo con cariño para quien corresponda y pueda hacerse eco de esta llantera de un lector diario, sin acritud digo...


    
                                        
                                                   

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Retazos y Juegos de mi Vida II


Mi abuelo Luis Almodovar
 Creo que ya os he contao que mis abuelos maternos tenían un kiosco, este, lo construyo mi abuelo Luis Almodovar allá por los años 60 con permiso del Alcalde de la época D. Argimiro Rodriguez, mano derecha del "Generalisimo" por estas tierras (una de sus anécdotas mas famosas y que decía mucho de el, fue que comenzo una charla con unos vecinos con un "hijos mios" y al final, entusiasmado, alguien le gritó "viva nuestro padre"...a lo que el contesto, "hombre, de todos... no").
Bueno, que como iba diciendo, mi abuelo, que fue represaliao político, levantó (y aun sigue en pie) el susodicho kiosco en la C/ Dulce Jesús, esquina con Lope de Vega en un trozo de patio de un bloque destinado a maestros, que por aquel entonces disfrutaban de alojamiento gratis y con el se estuvieron ganandose el sustento los dos hasta el fin de sus días, mi abuelo en 1972 y mi abuela en 1975.
Mi abuela Carmen Alvarez
El kiosco, aunque pequeño, albergaba casi todas las tardes a un buen puñao de familiares, a mi madre, mi tía, a mis primos y a mis hermanas y a mi...era como el camarote de los hermanos Marx, en el, disfrutábamos de las historias que nos contaba mi abuela entre medias de la venta de una "perra" de pipas, que despachaba con una cuchara de Níquel,  unos cigarrillos sueltos, (Ducados,Feten, Sombra, Goya, 1X2, Celtas, Ideales o Peninsulares) o el "cambio" de algunas novelas de amor de Corin Tellado o del "Oeste" escritas por Marcial Lafuente Estefania, idolo del Western español o, y aqui residia mi alegria, comics de los grandes superheroes de Marvel (Patrulla X, El Hombre de Hierro, Los Vengadores, Dan Defensor) y un longuísimo etcetera que hacia las delicias mias y de la gran chiquilleria de la epoca, amén de la venta de todo tipo de chucherias, muñequitos belicos de plastico, cromos y estampas de futbol entre otras cosas tipicas de cualquier kiosco que se preciara.


Como digo, las historias de mi abuela eran veridicas, eran historias crueles de hambre y miseria, pero que ella adornaba de sorna o como si fuera un chiste o un cuento irreal y trataba de quitarle todo el contenido amargo que luego, con los años descubrimos para nuestra desazon.
Con estas historias, descubrimos muchas cosas que fueron marcando nuestra niñez y juventud, cosas como que mi abuelo estuvo en la carcel por "rojo", que mi abuela se dedico al Estraperlo (conseguia arina y la vendia clandestinamente) mientras su marido estaba en la carcel,  el hambre que paso mi familia en aquellos años negros cuando se comian las cascaras de las habas, las lgarrobas y hierbas silvestres y en los que mi tia Josefa y mi madre se pusieron a "servir" con unos 10 años por la comida y como se sacaba, de casa de los señores,  los trozos de pan entre las piernas para que comieran sus hermanos menores o que mi abuela, mandaba a mis tios a jugar a la puerta de la Falange, situada en la Plaza Vieja, a jugar al balon esperando a que el falangista de la puerta se cabreara por los balonazos y les cortara el pelo a "cero", para gozo de mis tios que llegaban a la casa alegres por su nuevo "look" o como mi abuela, que aun a riesgo de su vida, recorrio varias calles de Andujar durante un bombardeo de los Fascistas, con un plato de lentejas con "algarrobas" que habian podido guisar, para llevarselo a una amiga suya que estaba enferma por el hambre que pasaba, cosa que ésta, agradecio durante toda su vida.
Pues con estas y otras muchas historias que otro dia os contare, el pequeño kiosco se llenaba tarde tras tarde de primos y hermanos para escucharlas de boca de mi madre o de mi abuela, siempre con una sonrisa en los labios, nunca con animo de revancha o venganza contra aquellos que desataron la suya contra familias como la de mis abuelos, gente humilde y trabajadora que supieron educar a sus hijos en la honestidad y en la honradez, pero sobre todo, en la supervivencia.

martes, 5 de noviembre de 2013

Retazos y juegos de mi Vida


Como he contado en alguna ocasión, mi primera infancia transcurrió en la C/ Magdalenas, en dos habitaciones al fondo de una casa de vecinos con un ¿aseo? compartido hasta la edad de 8 años en que mis padres vieron la posibilidad económica de irnos a un piso situado en la C/ Verbena, piso que a mi hermana y a mi nos pareció el mejor del mundo ya que íbamos a poder tener una habitación para nosotros dos y a mis padres seguro que mejor, porque por fin podrían acceder a la intimidad que, imagino que como cualquier matrimonio, anhelarían y que anteriormente no disponían por dormir los cuatro en un dormitorio.
Como digo, aquel nuevo hogar nos pareció estupendo, pero el nuevo hogar suponía también dejar atrás amigos de barrio y colegio, por lo que me puse mano a la obra en tal menester, importante para un niño de esta edad, pero que rápidamente dio sus frutos y al poco tiempo me integre con otros chavales, Antonio Ollero, Manolin Serrano, David Giron, Jose Antonio Garcia o Paco Maroto entre otros.
La pandilla prometía, y día tras día después del colegio (Ruiz de Gordoa) nos dedicábamos a lo que mejor sabíamos hacer...jugar...y en eso eramos expertos y variados como "al clavo", a la "pita", "al cielo voy", a los cromos y estampas, a los "platicos" y muchos mas, pero con lo que mas disfrutáramos era...¡con ir a la guerra!...eso es...llegaba corriendo a mi casa a recoger mis "armas"...usease, mi espada de madera, mi arco hecho de madera de olivo y las flechas de "carrizo" (planta muy abundante en aquellos años en los arroyos) para a continuación, y si no no salia de casa, comerme corriendo el "canto con Cola-Cao y azúcar" con el que mi madre me chantajeaba.
Corriendo, los chavales salíamos de las casas, todos merienda en mano, y nos escondiamos entre los cañizos y chopos abundantes en el Arroyo Mestanza para, agazapados, sorprender a los "enemigos" con una lluvia de flechas y ganar la batalla con unas escenas dignas de las películas de romanos de la "matiné", las cuales nos aprendíamos de memoria e incluso copiábamos el "atrezzo".
Pero el rey de los juegos en aquella época (al igual que hoy) era el fútbol, eramos capaces de aprendernos las alineaciones de los equipos y no solo las de R. Madrid o Barcelona y jugabamos al "envido" con los cromos que teníamos repetidos, despues de pegarlos en el álbum con pegamento de harina, para conseguir a tu ídolo o los que te faltaban para la colección.
Así que al llegar el fin de semana, nos abanábamos en buscar un buen equipo con el que hacer frente a quien durante la semana te desafiaba y que desde muy temprano, se iban uno o dos chavales a "pillar" alguno de los "campos de fútbol" que abundaban en lo que nosotros llamábamos "las Carreteras" y que no eran otra cosa que los solares donde hoy se ubican las viviendas de los sectores (Huelva, Málaga, Sevilla...etc) o los pisos de Caritas, y que los Sábados y Domingos se llenaban de chiquilleria.
Esto, no son mas que retazos de recuerdos de una feliz niñez y de situaciones que por desgracia, han desaparecido, eran los juegos de antes, juegos que han llenado la vida de muchas generaciones y que con objetos tan simples como unas maderas, las chapas de unas bebidas, un trozo de hierro o unos palos, eran capaces de aglutinar a varios niños para jugar mientras aprenden una de las cosas que poco a poco es mas escasa, la comunicacion directa, eso que desgraciadamente en esta sociedad no se fomenta...sino lo contrario...¿Cualquier tiempo pasado fue.....?