miércoles, 20 de noviembre de 2013

Retazos y Juegos de mi Vida II


Mi abuelo Luis Almodovar
 Creo que ya os he contao que mis abuelos maternos tenían un kiosco, este, lo construyo mi abuelo Luis Almodovar allá por los años 60 con permiso del Alcalde de la época D. Argimiro Rodriguez, mano derecha del "Generalisimo" por estas tierras (una de sus anécdotas mas famosas y que decía mucho de el, fue que comenzo una charla con unos vecinos con un "hijos mios" y al final, entusiasmado, alguien le gritó "viva nuestro padre"...a lo que el contesto, "hombre, de todos... no").
Bueno, que como iba diciendo, mi abuelo, que fue represaliao político, levantó (y aun sigue en pie) el susodicho kiosco en la C/ Dulce Jesús, esquina con Lope de Vega en un trozo de patio de un bloque destinado a maestros, que por aquel entonces disfrutaban de alojamiento gratis y con el se estuvieron ganandose el sustento los dos hasta el fin de sus días, mi abuelo en 1972 y mi abuela en 1975.
Mi abuela Carmen Alvarez
El kiosco, aunque pequeño, albergaba casi todas las tardes a un buen puñao de familiares, a mi madre, mi tía, a mis primos y a mis hermanas y a mi...era como el camarote de los hermanos Marx, en el, disfrutábamos de las historias que nos contaba mi abuela entre medias de la venta de una "perra" de pipas, que despachaba con una cuchara de Níquel,  unos cigarrillos sueltos, (Ducados,Feten, Sombra, Goya, 1X2, Celtas, Ideales o Peninsulares) o el "cambio" de algunas novelas de amor de Corin Tellado o del "Oeste" escritas por Marcial Lafuente Estefania, idolo del Western español o, y aqui residia mi alegria, comics de los grandes superheroes de Marvel (Patrulla X, El Hombre de Hierro, Los Vengadores, Dan Defensor) y un longuísimo etcetera que hacia las delicias mias y de la gran chiquilleria de la epoca, amén de la venta de todo tipo de chucherias, muñequitos belicos de plastico, cromos y estampas de futbol entre otras cosas tipicas de cualquier kiosco que se preciara.


Como digo, las historias de mi abuela eran veridicas, eran historias crueles de hambre y miseria, pero que ella adornaba de sorna o como si fuera un chiste o un cuento irreal y trataba de quitarle todo el contenido amargo que luego, con los años descubrimos para nuestra desazon.
Con estas historias, descubrimos muchas cosas que fueron marcando nuestra niñez y juventud, cosas como que mi abuelo estuvo en la carcel por "rojo", que mi abuela se dedico al Estraperlo (conseguia arina y la vendia clandestinamente) mientras su marido estaba en la carcel,  el hambre que paso mi familia en aquellos años negros cuando se comian las cascaras de las habas, las lgarrobas y hierbas silvestres y en los que mi tia Josefa y mi madre se pusieron a "servir" con unos 10 años por la comida y como se sacaba, de casa de los señores,  los trozos de pan entre las piernas para que comieran sus hermanos menores o que mi abuela, mandaba a mis tios a jugar a la puerta de la Falange, situada en la Plaza Vieja, a jugar al balon esperando a que el falangista de la puerta se cabreara por los balonazos y les cortara el pelo a "cero", para gozo de mis tios que llegaban a la casa alegres por su nuevo "look" o como mi abuela, que aun a riesgo de su vida, recorrio varias calles de Andujar durante un bombardeo de los Fascistas, con un plato de lentejas con "algarrobas" que habian podido guisar, para llevarselo a una amiga suya que estaba enferma por el hambre que pasaba, cosa que ésta, agradecio durante toda su vida.
Pues con estas y otras muchas historias que otro dia os contare, el pequeño kiosco se llenaba tarde tras tarde de primos y hermanos para escucharlas de boca de mi madre o de mi abuela, siempre con una sonrisa en los labios, nunca con animo de revancha o venganza contra aquellos que desataron la suya contra familias como la de mis abuelos, gente humilde y trabajadora que supieron educar a sus hijos en la honestidad y en la honradez, pero sobre todo, en la supervivencia.

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